2/14/2014

Glossis de los alumnos de Latín de 4º ESO

Los alumnos de 4º ESO de la clase de Latín estamos preparando unos Glossis contando diferentes mitos. Aquí os mostramos uno de ellos, escrito por Elvi y Ámbar:

EL MITO DE PERSEO Y MEDUSA:

Perseo con la cabeza de Medusa, fresco Pompeyano.
 En el tiempo de los dioses y los héroes, hace mucho, vivían en la región del monte Atlas unas hermanas espantosas, conocidas con el nombre de Gorgonas. Medusa era una de las tres Gorgonas, hijas de las divinidades marinas Forcis y Ceto. Medusa era mortal, mientras que sus dos hermanas eran inmortales. Las tres Gorgonas habitaban en el Occidente extremo, no lejos del reino de los muertos. La cabeza de Medusa estaba rodeada por serpientes y tenía grandes colmillos como los de un jabalí. También tenía manos de bronce y alas de oro. Su mirada era tan penetrante que el que la sufría quedaba convertido en piedra. Esta Gorgona espantaba y horrorizaba tanto a mortales como a inmortales.


Cabeza de Medusa, Michelangelo Merisi da Caravaggio.
 A lo largo de los años, muchos héroes valientes y bien armados habían ido a la región del monte Atlas para matar a Medusa. Ninguno había podido conseguirlo. Por todas partes se veían guerreros y más guerreros, en actitudes diversas, pero inmóviles y tiesos porque eran ya estatuas. Entonces llegó Perseo, hijo del dios Júpiter, siguiendo las órdenes de Polidectes. Éste se había enamorado de Dánae y, pensando que el joven Perseo podía ser un estorbo para sus planes, intentó librarse de él mediante una estratagema: hizo creer a todo el mundo que pretendía conquistar a la princesa Hipodamía y pidió a los habitantes de la isla que le entregasen un regalo cada uno como presente para poder ofrecerlo a su vez a la princesa. Perseo dijo que no pondría reparos para entregar cualquier cosa: incluso si hubiera de ser la cabeza de Medusa, que era una de las tres Gorgonas y podía convertir en piedra a los hombres sólo con la mirada. Polidectes aceptó como regalos los caballos de otros habitantes de la isla, pero no aceptó los de Perseo, y le mandó que le trajese la cabeza de la Gorgona que le había prometido. Perseo partió, guiado por los dioses Atenea y Hermes, en busca de las hijas de Forcis: las Grayas, hermanas de las Gorgonas. Las Grayas eran tres ancianas que sólo tenían un ojo y un diente para las tres, y se los iban pasando una a otra. Perseo les arrebató el ojo y el diente, y, a cambio de devolvérselos, las obligó a confesar dónde vivían las Hespérides, pues Atenea le había dicho que ellas le darían armas para vencer a la gorgona. Así, Perseo encontró a las ninfas, de las que obtendría un zurrón mágico para contener la cabeza sin peligro. Hermes le dio unas sandalias aladas, Zeus le dio su hoz de adamantio y el casco de Hades, que volvía invisible a quien lo llevara puesto. Además, recibió de Atenea un escudo brillante como un espejo. Perseo conocía el peligro de la mirada de Medusa, pero aún así puso rumbo a su encuentro. Tenía una espada curva, regalo del dios Mercurio, tenía un escudo muy fuerte, hecho de bronce, liso como un espejo. Y tenía también unas alas que volaban solas cada vez que él se las acomodaba a los talones. Llegó, pues, volando. Pero en vez de lanzarse contra Medusa, se quedó algo lejos, sin preocuparse más que de una sola cosa: no mirarla nunca cara a cara. Y como era necesario espiarla todo el tiempo, usó el escudo de bronce como espejo, y en él observaba lo que ella hacía. Medusa iba de un lado para otro, esforzándose en asustar a Perseo, gritaba cosas espantosas, y las serpientes de su cabeza se movían y silbaban con furia. Pero nunca consiguió que Perseo la mirara directamente. Cansada al fin, Medusa se fue quedando dormida. Sus ojos terribles se cerraron, y poco a poco se durmieron también sus serpientes. Entonces se acercó Perseo sin ruido, empuñó la espada y de un solo tajo le cortó la cabeza. Durante toda su vida conservó Perseo la cabeza de Medusa, que varias veces le sirvió para convertir en piedra a sus enemigos. Perseo le entregó la cabeza a Atenea y esta la usó para que sus enemigos quedaran convertidos en piedra al ver su escudo. Perseo recogió también la sangre de la herida, que tenía propiedades mágicas: la que brotaba de la vena izquierda era un veneno mortal, mientras que la de la derecha era un remedio capaz de resucitar a los muertos.
Medusa, Oliver Herford
La leyenda de Medusa no es la misma que en sus orígenes. En un primer momento, la Gorgona es un monstruo perteneciente a la generación preolímpica. Después se la consideraba víctima de una metamorfosis, castigada por Atenea debido a su hermosura. Medusa se sentía principalmente orgullosa de su cabellera y por eso Atenea transformó sus cabellos en serpientes, a modo de castigo. También se cuenta que la cólera de la diosa se abatió sobre la joven por el hecho de haberla violado Poseidón en un templo consagrado a ella. Medusa cargó con el castigo del sacrilegio.




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